Putin ayudó a Al Assad durante más de una década con recursos bélicos para combatir a los rebeldes.
El depuesto presidente sirio Bashar Al Assad y su familia se encuentran en Moscú, tras recibir asilo político de las autoridades rusas. Desde el Kremlin, aseguraron los medios locales, decidieron recibir al derrocado mandatario por “motivos humanitarios”. En tanto, Mohammed Al Gobani ingresó a Damasco, la capital de Siria, donde avanzó con el ejército rebelde de la HTS y visitó al Mezquita de los Omeyas.
Este hecho se produce en medio de una situación tensa en Siria, luego de que miles de ciudadanos celebraran en las calles la caída del gobierno de Al Assad, quien fue derrocado por grupos rebeldes islamistas que tomaron Damasco. El apoyo de Rusia al régimen sirio fue clave durante más de una década, con el presidente Vladimir Putin brindando asistencia bélica a Al Assad para enfrentar a los rebeldes.
El vínculo entre ambos líderes fue estrecho, y la decisión de Rusia de ofrecer asilo refleja ese apoyo. Mientras tanto, en Siria, la situación es caótica, con reportes de que decenas de personas irrumpieron en la residencia de lujo del exfuncionario sirio en Damasco.
El líder islamista de la coalición rebelde, Abu Mohamed al Jolani según su nombre de guerra, llegó el domingo a Damasco y se dirigió a la célebre mezquita de los Omeyas donde pronunció un discurso. Decenas de personas salieron a las calles, según imágenes de la señal local AFPTV, para celebrar la caída del gobierno. Imágenes mostraron personas pisoteando estatuas de Al-Assad, el padre de Bashar.