El presidente estadounidense negó haber iniciado negociaciones de paz, mientras crece la preocupación internacional.
Donald Trump abandonó de forma inesperada la cumbre del G7 que se desarrollaba en Europa, en medio del agravamiento del conflicto entre Israel e Irán. La sorpresiva retirada del expresidente estadounidense generó repercusiones globales, especialmente tras los rumores sobre posibles gestiones diplomáticas secretas entre Washington y Teherán.
En declaraciones posteriores, Trump desmintió cualquier intento de abrir negociaciones con el gobierno iraní, y reafirmó su respaldo a Israel, país con el que mantiene una estrecha alianza desde su anterior mandato. «No estamos negociando nada. La paz no se logra hablando con terroristas», sostuvo ante periodistas.
La salida de Trump se dio mientras los líderes del G7 discutían una postura común frente a la escalada militar en Medio Oriente. El expresidente evitó el tramo final de la cumbre, donde se preveían acuerdos clave en materia de seguridad internacional y cooperación humanitaria.
Fuentes diplomáticas señalaron que la actitud de Trump generó incomodidad entre sus pares, quienes esperaban una posición más coordinada frente a la crisis. Algunos países europeos expresaron preocupación por el impacto de la retirada en los esfuerzos multilaterales por contener el conflicto.
El conflicto entre Israel e Irán ha recrudecido en las últimas semanas, con bombardeos cruzados y crecientes víctimas civiles. En ese contexto, la actitud de Trump añade incertidumbre al escenario geopolítico, en plena campaña electoral de cara a las presidenciales de Estados Unidos.