La XVII cumbre del bloque comenzó en Río de Janeiro con la participación de nuevos países invitados y debates sobre el futuro económico global.
Este domingo dio inicio en Río de Janeiro la XVII cumbre de los BRICS, el bloque compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que busca consolidarse como un contrapeso a los organismos financieros tradicionales y promover un orden internacional más multipolar. El encuentro se extenderá hasta el martes y contará con la presencia de líderes y representantes de economías emergentes de distintos continentes.
Entre los principales temas en agenda figuran el impulso al multilateralismo, la cooperación financiera y la ampliación formal del bloque, tras el ingreso de nuevos miembros aprobado en cumbres anteriores. Este año, el foco estará puesto en delinear mecanismos para integrar a países que manifestaron interés en sumarse, fortaleciendo así la influencia global de los BRICS.
Además, los mandatarios debatirán alternativas para reducir la dependencia del dólar en el comercio internacional y fomentar el uso de monedas locales en los intercambios bilaterales. Se espera que durante las sesiones se anuncien acuerdos que apunten a dinamizar el comercio y la inversión entre los países miembros y socios.
La cumbre se desarrolla en un contexto internacional atravesado por tensiones geopolíticas y económicas, con la guerra en Ucrania y los efectos de la desaceleración global como telón de fondo. En ese marco, los BRICS buscan presentarse como un espacio de diálogo que ofrezca soluciones conjuntas para los desafíos que enfrentan las naciones del Sur Global.
Con esta nueva cita, el bloque aspira a consolidar su rol como motor de un sistema internacional más equilibrado, reforzando la cooperación Sur-Sur y ampliando su voz en organismos como el FMI y el Banco Mundial. Los resultados del encuentro podrían delinear el rumbo económico de buena parte del mundo en desarrollo para los próximos años.