El icónico volcán entró en actividad otra vez y autoridades advierten sobre peligrosas partículas de vidrio volcánico.
El volcán Kilauea, uno de los más activos del planeta, volvió a entrar en erupción en la isla grande de Hawái, desatando espectaculares columnas de lava y gases que encendieron las alarmas entre los habitantes y turistas de la región. Las autoridades locales emitieron advertencias ante la posibilidad de que se generen nuevas fisuras y flujos de magma.
La actividad volcánica se intensificó en las últimas horas, con fuentes de lava que alcanzaron varios metros de altura y una nube de cenizas que se dispersó por kilómetros. Además, el Servicio Geológico de Estados Unidos alertó sobre la presencia de diminutas astillas de vidrio volcánico, conocidas como “cabellos de Pele”, que pueden irritar la piel y los ojos, e incluso dañar vías respiratorias si son inhaladas.
A pesar del imponente espectáculo natural, el fenómeno obliga a extremar precauciones. El parque nacional de los Volcanes de Hawái permanece parcialmente abierto, pero con restricciones para evitar que los visitantes se acerquen a zonas peligrosas. Equipos de emergencia monitorean de cerca la evolución del evento para actuar ante cualquier evacuación que sea necesaria.
El Kilauea ha mantenido una actividad intermitente durante décadas, convirtiéndose en un atractivo turístico mundial pero también en una amenaza latente para las comunidades locales. Su última gran erupción se produjo en 2018, cuando destruyó cientos de viviendas y obligó a miles de personas a abandonar la zona.
Por ahora, las autoridades piden a la población mantenerse informada y respetar los perímetros de seguridad, mientras científicos continúan evaluando la magnitud del fenómeno. El volcán demuestra, una vez más, la fuerza implacable de la naturaleza en el corazón del Pacífico.
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