La vicepresidenta dispuso el cierre del espacio inaugurado en 2012, alegando “bajo nivel de matriculación y elevados costos”. La medida generó críticas desde la oposición y sectores gremiales.
La vicepresidenta Victoria Villarruel decidió cerrar de manera definitiva el jardín de infantes que funcionaba dentro del Senado de la Nación. La medida alcanza a un espacio creado en 2012 durante la presidencia de Amado Boudou, pensado para facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar de trabajadores legislativos.
Según fuentes oficiales, la decisión se basó en el bajo nivel de matrícula y en el “alto costo operativo” del establecimiento. De acuerdo con la información difundida, el jardín contaba con tan solo ocho niños inscriptos, mientras que la planta docente y administrativa superaba las quince personas.
Desde la oposición y distintos gremios del Congreso cuestionaron la resolución al considerar que atenta contra políticas de cuidado infantil y los derechos laborales. Señalaron que el espacio no solo representaba un beneficio para trabajadores y trabajadoras del Senado, sino también un modelo de inclusión y perspectiva de género en el ámbito estatal.
Villarruel, por su parte, defendió la medida en línea con la política de austeridad impulsada por el Gobierno nacional. Remarcó que “los recursos del Estado deben estar destinados a funciones esenciales” y que el cierre forma parte de un proceso más amplio de reorganización interna.
El jardín de infantes había sido pensado como un servicio para hijos de empleados legislativos, con actividades pedagógicas y atención especializada. Su clausura se suma a otras decisiones administrativas adoptadas en los últimos meses que implicaron recortes en distintas áreas del Senado.
A pesar de las críticas, desde la Presidencia de la Cámara alta aseguraron que se respetarán todos los derechos laborales del personal afectado por el cierre, aunque todavía no se ha informado qué destino tendrá el edificio donde funcionaba el jardín.
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