El presidente de Independiente defendió la actuación policial tras los incidentes con Universidad de Chile y deslizó responsabilidad sobre los simpatizantes del equipo chileno.
El presidente de Independiente, Jorge Grindetti, realizó declaraciones controversiales tras los graves incidentes ocurridos durante el partido de Copa Sudamericana ante Universidad de Chile. En lugar de señalar a los barrabravas, responsabilizó a los hinchas chilenos por los disturbios y defendió la actuación del operativo policial.
Grindetti afirmó que el despliegue de fuerza fue necesario para proteger a los jugadores, a los presentes y la integridad del espectáculo, enfatizando que el club respondió ante una amenaza externa. Además, denunció provocaciones desde el público visitante como el desencadenante de la violencia.
Las expresiones causaron rechazo en diversos sectores del fútbol: periodistas deportivos manifestaron que el dirigente minimizó la responsabilidad institucional. Y señalaron que resulta cuestionable culpar a otros hinchas, cuando las flaquezas propias en materia de seguridad también quedaron expuestas.
Por su parte, organismos de derechos humanos y expertos en seguridad pidieron prudencia política, recordando que la violencia en los estadios debe abordarse con responsabilidad institucional. Los agravios cruzados no contribuyen a aclarar lo sucedido ni a avanzar en soluciones.
En lo institucional, Independiente enfrenta ahora el desafío de gestionar la restitución del orden, reforzar protocolos de seguridad y recuperar su imagen en un contexto de crisis donde los debates mediáticos se encaminaron más al revanchismo que al análisis riguroso.