En un discurso incendiario, el expresidente habló de guerra interna y señaló a la izquierda, inmigrantes y “traidores”.
En un acto masivo, Donald Trump lanzó una convocatoria a las fuerzas militares para combatir lo que llamó “amenazas internas” al país. Durante más de una hora, el expresidente dibujó un escenario de confrontación frente a sectores que calificó como enemigos internos, incluyendo a la izquierda política, inmigrantes y “actores traidores” dentro del sistema.
El discurso generó alarma en círculos institucionales, que advirtieron sobre el riesgo de incentivar la violencia política y militarizar conflictos sociales. Varios analistas expresaron preocupación por la retórica utilizada, advirtiendo que puede erosionar la separación entre poder civil y militar.
Trump sustentó su posición señalando un supuesto deterioro nacional y una infiltración de fuerzas hostiles al interior de Estados Unidos. Aseguró que solo una intervención decidida podrá restaurar el orden y la “seguridad de la nación”.
La convocatoria marca un nuevo capítulo en su discurso beligerante y abre interrogantes sobre posibles movilizaciones realistas. Mientras muchos sectores lo denuncian como una escalada peligrosa, sus seguidores lo vieron como una reafirmación de liderazgo frente a lo que consideran “traiciones internas”.