En un nuevo aniversario del ataque, la comunidad judía exigió avanzar con las causas pendientes y advirtió sobre amenazas actuales.
Este 18 de julio se cumplieron 31 años del atentado a la sede de la AMIA en Buenos Aires, que dejó un saldo de 85 personas muertas y más de 300 heridas. En el acto conmemorativo, dirigentes de la comunidad judía volvieron a exigir justicia y denunciaron que, más de tres décadas después, el crimen sigue impune.
Durante la ceremonia, realizada frente al edificio reconstruido de la calle Pasteur, los oradores reclamaron celeridad en las investigaciones y criticaron la falta de avances judiciales. También se reiteró la necesidad de que se sancionen leyes que fortalezcan el combate al terrorismo y el lavado de dinero.
Uno de los puntos centrales del reclamo fue la ausencia de detenidos por el ataque y la falta de respuestas concretas por parte del Estado. “No aceptamos más excusas ni dilaciones”, advirtieron desde la institución, al tiempo que hicieron un llamado a todos los poderes públicos para que el tema no quede en el olvido.
Además del pedido de justicia, se alertó sobre la presencia de actores geopolíticos considerados una amenaza, como Irán y Hezbollah, y se pidió mayor vigilancia sobre sus actividades en América Latina. La AMIA instó a las autoridades a tomar medidas preventivas y proteger a la sociedad frente a eventuales riesgos.
Familiares de las víctimas también tomaron la palabra, visiblemente conmovidos, y recordaron que “el dolor no prescribe”. Aseguraron que el paso del tiempo no borra la necesidad de memoria y verdad, y que el compromiso de la ciudadanía es clave para sostener el reclamo.
Como todos los años, el acto finalizó con el tradicional sonido de la sirena a las 9:53, hora exacta del atentado. Fue un nuevo llamado de atención para que la justicia deje de ser una deuda pendiente.