El efectivo admitió haber disparado, pero aseguró que nunca tuvo intención de causar daño.
El gendarme acusado de herir al fotógrafo Pablo Grillo durante una movilización frente al Congreso declaró ante la Justicia y defendió su inocencia. El efectivo reconoció haber accionado su arma, pero sostuvo que los disparos que realizó fueron hacia “lugares seguros” y que jamás buscó lastimar a alguien.
En su testimonio, el uniformado explicó que cumplía órdenes de dispersión en medio de los incidentes registrados aquella jornada y que utilizó proyectiles de goma. Según relató, disparó hacia el suelo y hacia zonas sin presencia de manifestantes, aunque uno de los tiros terminó impactando en Grillo, quien resultó herido en el rostro.
El fotógrafo, que trabaja como reportero gráfico, debió ser atendido de urgencia y continúa bajo tratamiento médico por las lesiones sufridas. El caso generó un fuerte repudio en el ámbito periodístico y fue tomado como ejemplo de la violencia que atraviesan los trabajadores de prensa en coberturas de protestas sociales.
La causa sigue su curso en los tribunales federales, donde se deberá determinar si el accionar del gendarme constituyó un exceso en el uso de la fuerza o si se trató de un accidente en el marco del operativo. Mientras tanto, organismos de derechos humanos y asociaciones de prensa reclamaron mayores garantías para la seguridad de los comunicadores en la vía pública.