Gabriel Romanelli, único sacerdote católico en la Franja, resultó herido tras un bombardeo israelí. Aseguró que fue un impacto directo y denunció la grave situación humanitaria en la zona.
Gabriel Romanelli, el cura argentino que se encuentra al frente de la única parroquia católica en la Franja de Gaza, fue herido durante un ataque aéreo israelí que impactó directamente sobre la iglesia donde reside. El hecho ocurrió en las últimas horas, en medio de una nueva escalada del conflicto en la región, y generó repercusión tanto en ámbitos religiosos como diplomáticos.
En declaraciones desde el hospital donde se recupera, Romanelli aseguró que “el impacto fue directo” y lamentó la destrucción parcial del templo, que también funciona como refugio para decenas de civiles. El sacerdote, que lleva años de misión en Medio Oriente, subrayó que la situación en Gaza es “insostenible” y calificó el enclave como “una gran prisión a cielo abierto”.
Romanelli, perteneciente al Instituto del Verbo Encarnado, es el único cura católico en la Franja, y desde el comienzo del conflicto se ha mantenido junto a la comunidad local brindando asistencia espiritual y humanitaria. Su testimonio cobra especial relevancia en medio de la falta de acceso a información independiente dentro del territorio palestino.
El religioso también hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que interceda en favor de un cese al fuego y del ingreso de ayuda humanitaria. “Hay miles de familias sin agua, sin alimentos, sin medicamentos. Esto no es una guerra, es una masacre”, advirtió, visiblemente conmocionado.
Desde la Cancillería argentina expresaron preocupación por su estado de salud y pidieron a las autoridades israelíes explicaciones por lo sucedido. En tanto, organismos humanitarios y referentes de la Iglesia católica en distintas partes del mundo se solidarizaron con Romanelli y con la comunidad cristiana de Gaza.
El ataque a la parroquia pone en evidencia los riesgos que enfrentan los civiles, incluso en espacios religiosos, en un conflicto que no muestra señales de tregua. Mientras continúa la violencia, la voz del cura argentino se alza como un llamado a la paz desde uno de los lugares más castigados del planeta.