Los datos oficiales muestran señales mixtas en el mercado laboral: tras una ligera mejora, volvió a registrarse una baja en la cantidad de trabajadores registrados.
El empleo formal en Argentina mostró un comportamiento oscilante en el primer trimestre del año. Según datos oficiales, en febrero se registró un leve repunte en la cantidad de trabajadores con empleo registrado, pero esa tendencia se revirtió en marzo, cuando volvió a observarse una caída.
Durante febrero, el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) indicó una recuperación del 0,2% en el empleo formal privado, lo que implicó la incorporación de más de 10.000 trabajadores al sistema. Sin embargo, en marzo la cifra descendió nuevamente, evidenciando la fragilidad del mercado laboral en el actual contexto económico.
El retroceso estuvo impulsado, principalmente, por la contracción en sectores como la construcción, la industria manufacturera y el comercio, rubros particularmente sensibles a la caída de la actividad económica y al enfriamiento del consumo interno. También se registró una desaceleración en la creación de empleo en sectores que venían mostrando cierta resiliencia.
A pesar de estas oscilaciones, el empleo formal en la comparación interanual aún se sostiene en niveles similares a los del año pasado. Sin embargo, economistas advierten que la continuidad de esta tendencia dependerá de la estabilidad macroeconómica y de políticas que estimulen la producción y el empleo privado.
En este escenario, el Gobierno busca reforzar medidas que incentiven la generación de empleo genuino, mientras sindicatos y organizaciones sociales alertan por el aumento del trabajo informal y la precarización laboral. La evolución del empleo será una de las variables clave en los próximos meses para medir el impacto social del rumbo económico.