Un reciente informe reveló que la informalidad laboral superó el 42% y sigue siendo uno de los principales desafíos del mercado de trabajo.
La Argentina enfrenta un panorama complejo en materia laboral: más de 4 de cada 10 trabajadores se encuentran en la informalidad. De acuerdo con las cifras difundidas esta semana, la tasa de empleo no registrado supera el 42%, lo que refleja la persistencia de un problema estructural que impacta en millones de personas.
La falta de aportes jubilatorios, cobertura de salud y estabilidad contractual son las principales consecuencias de esta situación. Quienes se desempeñan en la informalidad suelen estar expuestos a condiciones precarias, bajos salarios y mayor vulnerabilidad frente a las crisis económicas.
Expertos señalan que este fenómeno no es nuevo, pero que en los últimos meses se acentuó en sectores como la construcción, el trabajo doméstico y el comercio. Al mismo tiempo, advierten que las medidas de contención aplicadas por el Estado resultan insuficientes para revertir la tendencia.
Desde distintos espacios gremiales y académicos reclaman la implementación de políticas activas de formalización que incluyan incentivos a las pequeñas y medianas empresas, así como un fortalecimiento de los organismos de control. La meta, remarcan, debe ser reducir progresivamente la brecha entre el empleo registrado y el informal para garantizar mejores condiciones de vida a los trabajadores.