La medida marca el inicio de una nueva etapa económica que incluye cambios en el mercado de divisas, en las exportaciones agropecuarias y en la relación con el FMI.
El Gobierno nacional anunció este sábado una serie de medidas económicas que apuntan a una “nueva etapa” para la economía argentina. Entre las principales definiciones se encuentra el levantamiento parcial del cepo cambiario, una flexibilización para importadores y exportadores, y una promesa de estabilidad en el mercado del dólar. A su vez, se descartó que se trate de una devaluación encubierta, mientras se anunciaron nuevos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para sostener las reservas.
Desde el Ministerio de Economía aseguraron que el nuevo esquema permitirá un flujo más libre de divisas, aunque se mantendrán ciertos controles para evitar maniobras especulativas. El acceso al dólar oficial será más ágil para sectores estratégicos, mientras que el agro contará con un esquema simplificado para liquidar exportaciones, lo que busca incentivar la entrada de divisas sin caer en una depreciación abrupta del peso.
En paralelo, el Ejecutivo comunicó que se están implementando herramientas para garantizar que la transición no impacte negativamente en los precios. “No estamos ante una devaluación, sino ante una normalización progresiva del mercado cambiario”, indicaron fuentes oficiales. El anuncio busca calmar a los mercados y reforzar la expectativa de que no habrá un nuevo salto inflacionario en el corto plazo.
Por su parte, el sector agroexportador celebró la decisión, al considerar que el nuevo esquema les brindará mayor previsibilidad. El gobierno habilitó un mecanismo de liquidación dual, que permitirá ingresar una parte de las divisas al tipo de cambio financiero, lo que mejora los márgenes del sector sin comprometer la estabilidad general.
Estas decisiones llegan en un momento clave: tras el acuerdo técnico alcanzado con el FMI, el Gobierno busca enviar señales claras a los inversores y a la sociedad. La apuesta es generar confianza, acumular reservas y sentar las bases para una recuperación sostenida, sin los vaivenes extremos que caracterizaron los últimos años. El desafío ahora será sostener la estabilidad prometida y evitar que los cambios impacten en el bolsillo de los argentinos.