Según datos oficiales, se habría logrado una reducción de 20 puntos porcentuales respecto al cierre de 2023.
El Gobierno nacional afirmó este jueves que la tasa de pobreza en Argentina descendió al 31,7% durante el primer trimestre de 2025, lo que representaría una reducción de 20 puntos porcentuales en comparación con el 51,8% registrado a fines de 2023. La información fue presentada como uno de los principales logros de la actual administración en materia económica y social.
La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, fue la encargada de comunicar los datos, respaldados por informes elaborados por el INDEC y analistas oficiales. En una exposición pública, Pettovello aseguró que “por primera vez en mucho tiempo, la política social está alineada con la eficiencia económica”. La ministra destacó además que la caída en los índices de pobreza estaría vinculada a una baja sostenida de la inflación y a una mejora en los ingresos reales.
El presidente Javier Milei celebró el dato y lo calificó como una “hazaña histórica” de su gobierno. A través de sus redes sociales, aseguró que la cifra es producto del «ordenamiento fiscal» y de «una política económica basada en el sentido común y la libertad de mercado». Desde el Ejecutivo también señalaron que la implementación de programas de asistencia más focalizados contribuyó a mejorar la situación de los sectores más vulnerables.
A pesar del anuncio, el dato generó cuestionamientos desde distintos sectores de la oposición y de organismos especializados. Algunas voces pusieron en duda la sostenibilidad de la mejora, al señalar que la caída de la actividad económica y el aumento del desempleo podrían tener efectos de rezago en los indicadores sociales de los próximos meses.
Economistas independientes coincidieron en que una reducción de esta magnitud en tan corto tiempo es poco habitual, y advirtieron que será clave observar la evolución del segundo trimestre para confirmar si se trata de una tendencia consolidada o de un fenómeno excepcional vinculado a variables puntuales, como la estacionalidad o el uso de indicadores parciales.
Mientras tanto, el Gobierno apuesta a este dato como uno de los pilares de su narrativa política, en un contexto donde la presión social y la tensión económica continúan siendo temas centrales en la agenda pública.