El doctor Sergio Alfieri relató cómo fueron las últimas horas del pontífice, quien falleció el 21 de abril en su residencia del Vaticano, cumpliendo su deseo de morir en casa y sin sufrir intervenciones invasivas.
El Papa Francisco falleció el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 de la mañana en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, a los 88 años. Su médico personal, el doctor Sergio Alfieri, compartió detalles conmovedores sobre los últimos momentos del pontífice, destacando su serenidad y la decisión consciente de evitar tratamientos agresivos en sus horas finales.
Según Alfieri, fue alertado a las 5:30 a.m. por el asistente sanitario del Papa, Massimiliano Strappetti, quien le informó sobre un repentino empeoramiento en la salud de Francisco. Al llegar, encontró al Papa con los ojos abiertos pero sin respuesta a estímulos, incluso los dolorosos. «En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma», relató el médico. Dado el estado crítico y el deseo expreso del Papa de no ser hospitalizado nuevamente, se decidió no trasladarlo al hospital Gemelli.
El parte de defunción, firmado por el director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, indicó que la causa de la muerte fue un ictus que derivó en coma y posteriormente en una parada cardiocirculatoria . Durante sus últimos días, Francisco había mostrado mejoría tras una hospitalización por una grave neumonía, e incluso participó en actividades públicas como la bendición Urbi et Orbi en la Plaza de San Pedro el domingo anterior a su fallecimiento.
El doctor Alfieri recordó que Francisco había manifestado su voluntad de evitar medidas invasivas en caso de complicaciones severas de salud. «Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación», aseguró. Además, destacó la cercanía del Papa con su equipo médico y su asistente personal, a quienes consideraba parte de su familia.
La muerte del Papa Francisco marca el fin de un pontificado caracterizado por la humildad, la cercanía con los más necesitados y una profunda reforma de la Iglesia Católica. Su partida, en paz y rodeado de quienes lo acompañaron en su camino, refleja la coherencia con la que vivió su ministerio hasta el último instante.