En un gesto de recogimiento previo a la Semana Santa, el Sumo Pontífice acudió sin previo aviso a una de las iglesias más emblemáticas de Roma para rezar.
En la antesala de la Semana Santa, el Papa Francisco volvió a sorprender con un gesto espontáneo y cargado de simbolismo. Este sábado, el Sumo Pontífice acudió sin previo aviso a la Basílica de Santa María la Mayor, una de las más antiguas e importantes de Roma, para dedicar un momento a la oración ante el ícono de la Virgen «Salus Populi Romani»
Según informaron medios vaticanos, la visita no fue anunciada previamente y se realizó en un clima de absoluta discreción. Francisco permaneció varios minutos en silencio ante la imagen mariana que tantas veces ha visitado desde el inicio de su pontificado, especialmente en momentos clave o de dificultad personal y colectiva.
El gesto del Papa se inscribe dentro de una tradición que ha consolidado a lo largo de su pontificado: la de buscar cercanía con el pueblo mediante actos sencillos, íntimos y profundamente espirituales. La elección de este lugar, además, tiene una fuerte carga afectiva para Jorge Bergoglio, quien suele acudir allí antes y después de cada viaje internacional.
La visita también se produce en un contexto de alta expectativa litúrgica, ya que el Vaticano se prepara para vivir una nueva Semana Santa con actividades presenciales y la participación de fieles, tras años condicionados por la pandemia. Desde su entorno, destacaron que Francisco se encuentra con buen ánimo y listo para encabezar los principales actos religiosos.
Este tipo de gestos refuerzan la imagen de un Papa que apuesta por la cercanía y la espiritualidad frente a los grandes discursos. En tiempos de incertidumbre global, sus actos siguen buscando enviar un mensaje de esperanza, recogimiento y compromiso con los más vulnerables, pilares de su papado desde 2013.