El futbolista y María Laura, su esposa, denunciaron que un colegio de City Bell les negó la escolaridad en el 2025 a su hijo con autismo y a la hermana.
Rodrigo Rey, arquero de Independiente, continúa reclamándole celeridad a la Justicia para que el colegio al que acuden sus hijos renueve sus matrículas, después de que la institución les negará la escolaridad en 2025.
“Seguimos esperando una respuesta de la Justicia”, subrayó el futbolista en un mensaje que compartió en sus redes sociales, mediante el cual también enfatizó la importancia que significa para sus chicos el hecho de continuar sus estudios en la comunidad escolar que integran actualmente.
La lucha de Rey y María Laura, su esposa, comenzó el pasado 14 de octubre, cuando recibieron una carta documento del colegio privado José Manuel Estrada de City Bell, al que asisten sus hijos, mediante la cual les informaban que ni Benicio ni Renata serían matriculados en 2025. A partir de ese momento, el matrimonio visibilizó la problemática que los afecta y, a casi dos meses de ser sorprendidos por este imprevisto, les piden a las autoridades competentes que agilicen las tareas para llegar a una definición justa para el bienestar de sus hijos.
Tal como confirmó Rodrigo Rey, la familia recibió una carta en octubre informando que ambos niños no podrían continuar en el colegio, lo que consideran una represalia por denuncias previas sobre la falta de inclusión para Benicio.
En junio, la familia había hecho públicas las deficiencias del colegio, como el trato inapropiado hacia Benicio, y ofrecieron financiar reformas para adaptar las instalaciones, pero sus propuestas fueron ignoradas. Después de que el colegio les exigiera retractarse, la familia solicitó el cumplimiento de las normativas de educación inclusiva, pero la institución les negó la reinscripción.
“No vamos a permitir que le sigan faltando el respeto a nadie más. No queríamos que este momento llegara nunca, solo queríamos destinar nuestras energías a que nuestro hijo estuviera bien. Esta escuela está negando a los niños a tener un espacio mejor y adecuado para tal caso. Es increíblemente inentendible”, explicó el arquero del Rojo.
En ese sentido, recalcó que ni él ni su esposa querían contar públicamente lo vivido, pero que necesitaron hacerlo. “Hemos guardado silencio, nunca nos imaginamos estar en esta situación. Por supuesto, esto fue la gota que rebalsó el vaso. Para que se entienda el contexto: hoy una vez más le faltaron el respeto a nuestro hijo”, explicó.