El piloto argentino volvió a competir en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Imola y compartió sus sensaciones tras una carrera desafiante.
Franco Colapinto volvió a subirse a un monoplaza de Fórmula 1 este fin de semana en el Gran Premio de Imola, marcando así su esperado regreso a la máxima categoría del automovilismo mundial. A bordo del Alpine, el joven argentino cumplió con su principal objetivo: completar la carrera y seguir sumando experiencia en un contexto sumamente competitivo.
Tras cruzar la línea de llegada, Colapinto fue claro sobre su balance: “El objetivo de hoy era terminar. Necesitaba volver a sentir el ritmo, conocer mejor el auto y completar la distancia de carrera. Estoy satisfecho porque logramos eso”. Si bien no se ubicó en los puestos de vanguardia, su desempeño fue sólido y sin errores mayores, algo valorado por el equipo.
El circuito de Imola, conocido por su exigencia técnica y su historia, no dio margen para distracciones. Colapinto se mantuvo concentrado y conservador, apostando a sumar kilómetros más que a arriesgar por posiciones. “La presión estaba, pero traté de manejarla con calma. Cada vuelta fue una oportunidad para aprender algo más”, expresó.
Desde Alpine también destacaron la actitud del piloto argentino, quien se ha convertido en una de las grandes promesas del automovilismo nacional. Su participación en este gran premio forma parte de un plan progresivo de incorporación al mundo F1, en el que se prioriza el desarrollo a largo plazo por sobre los resultados inmediatos.
Colapinto, de apenas 21 años, dejó en claro que su meta es consolidarse en la categoría reina del automovilismo. “Esto recién empieza. Sé que tengo mucho por mejorar, pero estoy comprometido a trabajar y seguir creciendo”, concluyó con determinación. Su regreso es un nuevo paso en el camino hacia una carrera que ilusiona a los fanáticos argentinos.