Tras el rechazo del Congreso, el Ejecutivo oficializó la reducción de cargos y la reorganización del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
El Gobierno oficializó una reestructuración interna en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que incluye la reducción de cargos directivos y la simplificación de su estructura organizativa. La decisión se tomó a pesar del rechazo que estas modificaciones recibieron en la Cámara de Diputados.
La medida implica la eliminación de varios directorios regionales y áreas de coordinación, con el argumento de optimizar recursos y agilizar los procesos de investigación y extensión agropecuaria. Desde el Ejecutivo sostienen que se trata de una modernización necesaria para mejorar la eficiencia del organismo.
En el ámbito político, el anuncio generó fuertes críticas. Legisladores de diferentes bloques denunciaron que se atenta contra el vínculo del INTA con las provincias y con los técnicos del campo, y alertaron sobre el riesgo de vaciamiento en rutas de transferencia tecnológica clave para productores regionales.
El Ejecutivo, por su parte, defendió la decisión argumentando que la estructura actual se mantenía desde hace más de una década, sin evaluaciones previas de eficacia, y que los cambios apuntan a integrar las áreas en función de nuevos desafíos productivos y tecnológicos.
En los próximos días, autoridades del INTA mantendrán encuentros con representantes sindicales y académicos para explicar el alcance de los cambios y las garantías de que los programas de investigación y asistencia a productores continuarán. El impacto del ajuste y su implementación efectiva será objeto de seguimiento.