Trabajadores del principal hospital pediátrico del país advierten una situación límite y denuncian abandono estatal.
El Hospital Garrahan, emblema de la salud pública pediátrica en Argentina, atraviesa una crisis profunda que ha encendido alarmas en todo el sistema sanitario. En las últimas horas se presentó una denuncia penal contra las autoridades del centro médico por presunto incumplimiento de deberes y abandono de personas, mientras que los trabajadores iniciaron un paro total ante la falta de respuestas.
La denuncia fue impulsada por la situación crítica que enfrenta el hospital, con servicios colapsados, escasez de insumos básicos, déficit de personal y demoras en intervenciones vitales. Según informaron desde el personal, las condiciones actuales ponen en riesgo la atención de cientos de niños y niñas, en su mayoría provenientes de distintos puntos del país.
El conflicto escaló en las últimas semanas, en medio de reclamos por aumentos salariales, mejoras en las condiciones laborales y la necesidad urgente de inversión en infraestructura. Desde el gremio aseguran que la situación “ya no da para más” y que los profesionales se ven obligados a trabajar en condiciones “inhumanas”.
El paro, que cuenta con el respaldo de toda la planta de trabajadores, busca visibilizar el deterioro progresivo del hospital y exigir medidas inmediatas. Sin embargo, también se mantendrán guardias mínimas para atender urgencias y emergencias, a fin de no desproteger a los pacientes más críticos.
Mientras tanto, crece la preocupación entre familiares de pacientes, organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil, que exigen una pronta intervención del Estado para revertir el colapso inminente. El Garrahan, símbolo de excelencia médica, hoy pelea por no caer en el abandono.