La gestión de Javier Milei considera que el histórico complejo turístico es “innecesario”, lo que generó un fuerte rechazo de sectores políticos y sociales que denuncian un retroceso en el acceso al turismo popular.
El emblemático complejo de hoteles de Chapadmalal atraviesa un momento de incertidumbre luego de que el gobierno nacional lo calificara como un “gasto innecesario” dentro de su política de ajuste. La decisión, aún no oficializada mediante resoluciones concretas, encendió las alarmas entre trabajadores del sector, organizaciones sociales y dirigentes opositores, que advierten sobre el posible cierre o privatización de los establecimientos.
Chapadmalal, junto a Embalse, forma parte del sistema de turismo social creado en la década del ’40 con el objetivo de garantizar vacaciones accesibles para sectores populares. A lo largo de los años, los hoteles han sido símbolo de inclusión y han hospedado a miles de familias, estudiantes y jubilados. Actualmente, varios de ellos habían sido reacondicionados y estaban en funcionamiento con plena ocupación en temporada alta.
Desde el gobierno de Javier Milei argumentan que el mantenimiento del complejo representa un costo excesivo para el Estado y que la oferta turística debe regirse por criterios de mercado. La postura generó rechazo en la provincia de Buenos Aires y especialmente en Mar del Plata, donde consideran que el complejo también cumple un rol clave en la dinamización de la economía local.
Dirigentes políticos, sindicatos y representantes de la cultura expresaron su preocupación y señalaron que el posible cierre de los hoteles sería un “nuevo retroceso en derechos adquiridos”. Además, remarcaron el valor patrimonial e histórico del complejo, y reclamaron que se garantice su continuidad como espacio público al servicio del turismo social.
Mientras crecen los cuestionamientos, no hay aún definiciones oficiales sobre qué ocurrirá con el futuro de los hoteles. Por el momento, se suspendieron nuevas obras de mantenimiento y no se confirmó la apertura para las próximas vacaciones de invierno, lo que alimenta la incertidumbre sobre el destino de uno de los íconos del turismo popular argentino.