El costo para cubrir las necesidades básicas de un niño trepó nuevamente impulsado por alimentos, vestimenta y educación.
Durante septiembre, el valor de la canasta de crianza registró un nuevo aumento, superando los $545.000 mensuales. Este indicador mide el monto que debe destinar una familia para cubrir gastos relacionados con un niño: alimentación, salud, transporte, educación y prendas de vestir
El alza responde a incrementos en insumos básicos escolares, subas en los servicios de salud privada y ajustes en el precio de los alimentos esenciales. También impactaron los costos de transporte vinculado a movilidad hacia escuelas y actividades extracurriculares.
Para muchas familias, este escenario profundiza la presión presupuestaria: hogares con uno o más hijos deberán redistribuir recursos, reducir otros gastos o buscar complementos de ingreso para afrontar la diferencia. El fenómeno es más sentido en regiones del interior, donde los costos logísticos agravan el efecto.
Organismos sociales y especialistas advierten que estos incrementos reiterados requieren intervención estatal: subsidios focalizados, apoyos escolares o ajustes que alivien la carga en los hogares con menores. Mientras tanto, el debate público vuelve a girar sobre la equidad y la sustentabilidad del gasto familiar.