El repunte mensual marca una leve mejora en el sector, aunque la actividad continúa por debajo de los niveles previos a la crisis. Las diferencias entre rubros evidencian una recuperación desigual.
La actividad industrial registró un crecimiento del 1% en mayo respecto del mes anterior, según datos oficiales difundidos esta semana. El repunte representa una señal alentadora para el sector, que venía acumulando caídas consecutivas, aunque todavía se mantiene un 8% por debajo de los niveles del mismo mes en 2023.
El avance fue impulsado principalmente por la industria alimenticia, el sector automotor y la producción de minerales no metálicos, vinculados a la construcción. Sin embargo, otras ramas clave como la metalmecánica, la industria textil y la fabricación de maquinaria continúan mostrando signos de estancamiento o caída.
Desde el sector empresario advierten que, pese a la leve mejora, la recuperación aún es frágil y con importantes diferencias entre rubros. “Estamos viendo un rebote técnico más que un crecimiento consolidado”, afirmaron desde una cámara industrial.
La incertidumbre macroeconómica, las dificultades de acceso al crédito y la caída del consumo siguen siendo factores que limitan la expansión del sector. Además, los niveles de capacidad instalada se mantienen por debajo del promedio histórico, lo que refleja que muchas plantas aún operan por debajo de su potencial.
Si bien el Gobierno celebra la cifra como una señal de estabilización, economistas y analistas coinciden en que aún falta un entorno de mayor previsibilidad para que el crecimiento sea sostenido. En ese sentido, el comportamiento de la industria en el segundo semestre será clave para evaluar si la tendencia positiva logra consolidarse.
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