En su primera misa como Sumo Pontífice, León XIV llamó a construir un mundo en paz y destacó la figura de su predecesor.
Este domingo, el papa León XIV inició oficialmente su pontificado con una multitudinaria misa de entronización en la Plaza San Pedro, en el Vaticano. El nuevo Sumo Pontífice pronunció un mensaje cargado de simbolismo y esperanza, ante más de 250.000 fieles y más de 150 delegaciones extranjeras. En su homilía, recordó con emoción al papa Francisco y pidió «superar las divisiones para que la paz se vuelva camino, verdad y vida».
León XIV, quien fue elegido tras un cónclave breve pero cargado de expectativa, sorprendió por el tono conciliador y pastoral de su primer discurso. “La Iglesia debe ser refugio, no trinchera”, expresó, e instó a los líderes mundiales a comprometerse con el fin de los conflictos armados y la defensa de los más vulnerables.
El nuevo pontífice también evocó la figura de su antecesor, a quien definió como «un pastor valiente y cercano a su pueblo». “Francisco nos enseñó a mirar a los ojos a los descartados del mundo. Ese legado no será olvidado”, aseguró, generando una ovación entre los presentes.
La ceremonia estuvo marcada por la sobriedad y la diversidad. Representantes de distintas religiones, jefes de Estado y figuras de la cultura global se hicieron presentes en un evento que, más allá del protocolo, buscó reflejar el espíritu de apertura que León XIV promete llevar adelante.
Con este mensaje inaugural, el nuevo Papa deja entrever los ejes que marcarán su gestión: el diálogo interreligioso, la promoción de la justicia social y el compromiso activo con la paz. Desde Roma, el mundo observa con atención los primeros pasos de un pontificado que ya comenzó dejando una huella.