El cónclave comenzará este miércoles 7 de mayo en la Capilla Sixtina y podría extenderse varios días por la ausencia de un favorito claro.
Este miércoles 7 de mayo comenzará en la Capilla Sixtina el cónclave para elegir al nuevo Papa, luego del fallecimiento de Francisco. Los 133 cardenales habilitados para votar ya se encuentran en Roma, hospedados en la Casa Santa Marta, y se espera que el proceso se desarrolle bajo un clima de hermetismo y expectativa global.
Se trata del cónclave más internacional en la historia de la Iglesia: hay representantes de 71 países y una marcada diversidad geográfica. Europa lidera en cantidad de cardenales, pero también hay fuerte presencia de América, Asia, África y Oceanía. La edad promedio de los electores es de 72 años y la mayoría fue designada por el propio Francisco.
La elección del próximo pontífice requiere una mayoría de dos tercios, es decir, al menos 89 votos. Las votaciones serán secretas: habrá una en la tarde del primer día y hasta cuatro diarias desde la jornada siguiente. Si no hay acuerdo tras varios días, se realizarán pausas para oración y reflexión, con cambios en las reglas para agilizar el proceso.
Entre los nombres que suenan con fuerza están algunos italianos con peso dentro del Vaticano, un patriarca de Jerusalén, y líderes eclesiásticos de América y Asia. No obstante, no hay consenso sobre un favorito, lo que abre la posibilidad de una deliberación prolongada y un desenlace imprevisible.
El futuro Papa tendrá que enfrentar desafíos internos y externos: desde las tensiones entre sectores conservadores y progresistas, hasta los vínculos con potencias internacionales y los conflictos bélicos actuales. Además, deberá decidir si continúa con el perfil reformista de Francisco o si retoma una línea más tradicional.