Los radicales están virando, tímidamente pero sin pausa, de un apoyo directo y casi un lanzamiento de fórmula con Diego Santilli a pensar en apoyar a Néstor Grindetti a través de su estructura mayoritaria, representada por Maxi Abad y los casi cuarenta intendentes que tiene la UCR en el interior productivo del territorio bonaerense.
Uno de los mayores impulsores de este cambio es el dirigente mendocino Ernesto Sanz, que no habla en público pero sí lo hace en privado. Para él, que no guarda una buena relación con el presidente de la UCR a nivel nacional, Gerardo Morales, el futuro del espacio es Patricia Bullrich y de ahí que le machaca permanentemente a su amigo Maxi Abad sobre lo que para él es lo mejor que hay que hacer, a pesar que haya compartido tribuna y posturas con Santilli en encuentros como los de la Coalición Cívica que incluyó a Maricel Etchecoin.
También inciden otras cuestiones, como el apoyo recíproco entre el Morales y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, enemigo íntimo de Abad. Pero lo que más asusta a los miembros del centenario partido son las encuestas que, en el interior bonaerense, la muestran a Bullrich duplicando la intención de voto de Horacio Rodríguez Larreta.
Quizás para evitar una fuerte discusión las autoridades partidarias convocaron a una reunión de la Convención Provincial para el próximo 3 de junio en Coronel Suárez, lo más alejado posible del conurbano, donde están la mayoría de los votos y a la cual se podrá participar, también por Zoom. «Nos están entregando», le dijo a MDZ un oficialista de Adelante Radicales, quien además describió que deberá recorrer casi 600 kilómetros para «tratar dos puntos, uno de los cuales autoriza a la mesa a fijar las políticas de alianzas».
Irónico, un amigo del presidente de la Convención Provincial, Carlos Fernández le dijo a MDZ que «la convocó ahí no por malo, sino porque le queda cerca de Tandil», su lugar de residencia.
Larreta es el que más está demostrando su interés y su concreto aporte para que el radicalismo siga creciendo al convocar a una elección concurrente en la Ciudad de Buenos Aires que para el PRO de Mauricio Macri fue como una trampa que ofendió al espacio al cual ambos pertenecen.
A pesar de esto, de los gestos que realiza cotidianamente en favor de Martín Lousteau y su línea Evolución, hoy a cargo de Emiliano Yacobitti en la construcción territorial nacional, y de la clara coincidencia que expresa con su antiguo rival Gerardo Morales, el alcalde porteño no puede conseguir un mísero gesto de reciprocidad en el principal territorio del país.
Un viejo lema de la política dice que por cada radical que aparezca detrás de él hay una línea interna diferente. Es decir. Hablar con Abad no es conciliar con Lousteau ni con Morales ni con Gustavo Valdés, de Corrientes, o los mendocinos como Alfredo Cornejo o el propio Sanz, que tampoco suelen conciliar entre sí.
Abad, por su parte, es el principal sostén político del otro candidato presidencial que tiene la UCR, Facundo Manes, quien luego de hablar con Mauricio Macri, hace dos meses, se muestra mucho más amable con su pensamiento y se ha dejado fotografiar con Bullrich. Por las dudas, dicen que el neurocientífico también dialoga con Rodríguez Larreta, con quien, en principio, hallaría más coincidencias que con la ex ministra de Seguridad.
“Seguramente, la convención aprobará que el radicalismo no sólo participe de una alianza electoral con el PRO, la Coalición Cívica y el peronismo republicano, sino que también habilitará a sus dirigentes a trabajar con cualquier candidato presidencial de ese frente, sin especificar cuál”, agregó uno de los máximos protagonistas de este debate puntual.
El último antecedente se vio en la provincia de Buenos Aires cuando la mayoría de los radicales acompañaron a Facundo Manes en su lista de primer diputado nacional y otros, como Gustavo Posse, fueron directo a apoyar a Diego Santilli. La diferencia con aquella PASO es que ahora, además de Posse, Evolución está apoyando la candidatura del “colorado”.
Uno de los que paulatinamente se sumó a la discusión y empezó a ser tema de debate en todas las mesas donde se habla de las “fórmulas cruzadas” ante las pocas chances de que el radicalismo presente lista de candidatos en todas las categorías de manera independiente a las dos que hoy tiene en cancha el PRO es Martín Tetaz, representante de Evolución y oriundo de La Plata.
“Si no tenemos un candidato presidencial competitivo, que mida por lo menos dos dígitos, es poco probable que tengamos una referencia propia en la provincia. No sirve tener candidatos testimoniales para simplemente cumplir. Porque la gente no te va a acompañar”, consideró Tetaz.
En diálogo con MDZ, el siempre activo legislador puso el acento en un tema crucial para la oposición. La importancia que tiene para un presidente no peronista que la provincia de Buenos Aires sea gobernador por el mismo partido político, “que fue lo que lo salvó a Mauricio Macri a terminar igual que Fernando De la Rúa o entregar de manera anticipada el poder como debió hacer Raúl Alfonsín”.
“La provincia de Buenos Aires es el polvorín”, dijo Tetaz, y agregó; “y si hoy no explota nada ni hay saqueos es porque el peronismo está manejando el país y la provincia”.
¿Entiende esta situación Juntos por el Cambio? ¿Lo entienden los radicales que padecieron estos movimientos porque no conducían el principal territorio cuando los presidentes eran Alfonsín y De la Rúa?
«A mi me preocupa exactamente esto. Y el ejemplo es el final del Gobierno de Mauricio Macri, muy diferente al de los de Alfonsín y De la Rúa. Pero además, el efecto que provocaría una victoria en la provincia antes del ballotage sería similar, también, al que se dio con María Eugenia Vidal cuando ganó en 2015, que provocó que ya ningún peronista se esforzara tanto a sabiendas que después tenían que tener un interlocutor de otro partido».