En Tucumán, el presidente celebró el Día de la Independencia con la mayoría de los mandatarios provinciales ausentes, en medio de una creciente disputa por la coparticipación y la distribución de recursos.
El presidente Javier Milei encabezó este martes el acto central por el 9 de Julio en Tucumán, a un año del fallido Pacto de Mayo, pero la ceremonia estuvo marcada por las notorias ausencias de la mayoría de los gobernadores. La relación con las provincias atraviesa un momento de alta tensión, con reclamos por la caída de transferencias y el ajuste fiscal impulsado desde la Casa Rosada.
Solo un puñado de mandatarios provinciales decidió viajar para acompañar al jefe de Estado en la conmemoración de los 208 años de la independencia argentina. Entre los presentes se destacaron el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, anfitrión del acto, y algunos dirigentes aliados, mientras que la gran mayoría optó por quedarse en sus provincias o enviar representantes.
El clima político se vio enrarecido por la disputa que mantiene el Gobierno nacional con los gobernadores por los fondos coparticipables y otras transferencias discrecionales, que se redujeron drásticamente en el marco del ajuste. En varias jurisdicciones se multiplican los reclamos por la falta de recursos para sostener servicios esenciales como salud, educación y seguridad.
A pesar del tono institucional del acto, Milei aprovechó su discurso para ratificar el rumbo económico y cuestionar a quienes, según él, ponen palos en la rueda. El presidente insistió en que el país necesita “responsabilidad fiscal” y apuntó contra quienes “se resisten a abandonar viejos privilegios”.
Así, la celebración del Día de la Independencia terminó exponiendo las fracturas políticas y económicas que hoy atraviesan la Argentina. La tensión entre Nación y provincias suma un nuevo capítulo, mientras gobernadores y Casa Rosada se preparan para una serie de negociaciones clave en el Congreso por la distribución de fondos y proyectos estratégicos.