El presidente argentino no estuvo presente en el velorio de Francisco debido a un retraso en su arribo al Vaticano, situación que generó críticas y repercusiones.
El presidente Javier Milei no logró llegar a tiempo al velorio del Papa Francisco en el Vaticano. Según confirmaron fuentes oficiales, el mandatario arribó a Roma horas después de lo previsto, por lo que no pudo participar del último adiós al pontífice argentino en la Basílica de San Pedro, una ceremonia cargada de emotividad y relevancia internacional.
El viaje de Milei, que había sido anunciado tras conocerse la noticia del fallecimiento de Francisco, sufrió demoras logísticas que alteraron su agenda. A pesar de los esfuerzos por reprogramar su participación, los tiempos no fueron suficientes para que el presidente formara parte del velorio que reunió a líderes políticos y religiosos de todo el mundo.
La ausencia de Milei en el velorio no pasó desapercibida y generó críticas tanto en sectores políticos como en redes sociales. Para muchos, su presencia era vista como un gesto de respeto institucional hacia una figura histórica para Argentina y para la Iglesia Católica en general.
Desde el entorno presidencial minimizaron el hecho, destacando que Milei sí asistió luego al funeral oficial en la Plaza San Pedro, cumpliendo con su compromiso de representar al país en los actos protocolares principales. No obstante, el episodio abrió un nuevo capítulo en la ya compleja relación entre el mandatario y ciertos sectores eclesiásticos.
Más allá de las polémicas, la ausencia en el velorio reavivó el debate sobre la imagen internacional de Argentina en escenarios diplomáticos clave, especialmente en momentos de alta exposición como la despedida de uno de los líderes religiosos más influyentes de los últimos tiempos.