La letrada falleció a los 63 años. Fue defensora de Nahir Galarza y Calu Rivero, y una figura clave en causas vinculadas a la violencia de género.
Raquel Hermida, una de las abogadas más conocidas del país por su participación en causas mediáticas y su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres, falleció este lunes a los 63 años. Su deceso fue consecuencia de un cuadro clínico grave que se complicó en las últimas horas, según informaron fuentes cercanas.
Hermida se convirtió en un nombre reconocido a nivel nacional por haber sido la abogada defensora de Nahir Galarza, condenada por el crimen de su novio Fernando Pastorizzo, y por haber representado a Calu Rivero en su denuncia por abuso contra el actor Juan Darthés. A lo largo de su carrera, también acompañó a numerosas víctimas de violencia de género, posicionándose como una voz combativa en la justicia y en los medios.
Más allá de los casos que la llevaron al centro de la escena pública, Hermida fue una incansable promotora de la reforma judicial con perspectiva de género. Denunció reiteradamente las falencias del sistema y exigió condiciones de igualdad y acceso a la justicia para las mujeres y disidencias. Su postura le valió tanto reconocimiento como polémicas.
En los últimos años, había redoblado su activismo en causas sociales y formaba parte de distintas redes de apoyo a víctimas. Su estilo frontal, su convicción y su capacidad para manejar casos de alto perfil la convirtieron en una figura tan respetada como controversial dentro del ámbito judicial.
La muerte de Hermida deja un vacío en el universo legal argentino, especialmente en el sector que lucha por una justicia más equitativa. Compañeros, colegas y activistas la despidieron con mensajes que destacaron su valentía, su compromiso con los derechos humanos y su incansable defensa de quienes muchas veces no tienen voz.