El primer ministro israelí ratificó su postura de mantener una presencia militar permanente en Gaza y limitar la ayuda humanitaria, intensificando el conflicto en la región.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó este lunes que su gobierno tiene la intención de establecer un control total sobre la Franja de Gaza. La declaración se enmarca en la continuidad de la ofensiva militar israelí sobre el territorio palestino, profundizando la tensión en Medio Oriente.
Netanyahu aseguró que Israel no permitirá que se establezca ninguna autoridad que represente una amenaza para su seguridad, y sostuvo que solo con una presencia israelí constante será posible evitar nuevos ataques desde Gaza. La estrategia, según el mandatario, incluirá un control férreo sobre el ingreso de ayuda humanitaria, la cual será “limitada y supervisada”.
El anuncio fue duramente criticado por sectores de la comunidad internacional y organizaciones humanitarias, que advierten sobre la situación crítica que atraviesa la población civil en Gaza, con escasez de alimentos, agua y servicios médicos. La decisión de reducir la asistencia despierta preocupación por la posibilidad de una catástrofe humanitaria.
Desde Palestina, líderes locales denunciaron la intención de Israel como un paso hacia una ocupación prolongada, y exigieron la intervención de organismos internacionales. En paralelo, se mantienen los enfrentamientos en distintos puntos de la franja, con saldo de víctimas civiles que sigue en aumento.
El conflicto, que ya lleva meses de escalada, amenaza con expandirse a otros frentes y complicar aún más la estabilidad regional. En este contexto, los intentos de mediación internacionales enfrentan nuevas dificultades ante la postura intransigente del gobierno israelí.