El exmandatario ingresó a la cárcel de La Santé para cumplir una condena de cinco años por financiación ilegal de su campaña con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi. Insiste en su inocencia y sus abogados pidieron su liberación inmediata.
Por primera vez en la historia de Francia, un expresidente fue encarcelado. Nicolás Sarkozy, quien gobernó entre 2007 y 2012, ingresó este martes a la prisión de La Santé, en París, para comenzar a cumplir la condena de cinco años de prisión que la Justicia le impuso por financiar su campaña presidencial de 2007 con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi.
El exmandatario, de 70 años, llegó a la cárcel en un auto negro escoltado por motociclistas, mientras decenas de periodistas y curiosos seguían en vivo su trayecto desde su residencia en el distrito XVI hasta el penal, ubicado en el distrito XIV. La llegada de Sarkozy, registrada a las 9.39 hora local, estuvo marcada por una fuerte presencia policial y por manifestaciones de apoyo y curiosidad. Algunos lo recibieron con gritos de “¡Bienvenido, Sarkozy!”, mientras otros se preguntaban por su esposa: “¿Dónde está Carla?”.
Antes de partir, Sarkozy salió de su casa de la mano de su esposa, Carla Bruni, acompañado por sus hijos y hermanos, y fue despedido por simpatizantes que entonaron La Marsellesa. En un mensaje publicado poco antes en redes sociales, el exmandatario escribió:
“Al prepararme para cruzar los muros de La Santé, mis pensamientos están con el pueblo francés. No es un expresidente quien está siendo encarcelado, sino un hombre inocente. Seguiré denunciando este escándalo judicial. La verdad triunfará, aunque el precio sea devastador”.
Su equipo legal, encabezado por el abogado Christophe Ingrain, anunció que presentará de inmediato un recurso para pedir su liberación, argumentando que “una noche en prisión ya es demasiado”. Ingrain aseguró que Sarkozy no recibirá un trato especial y que el tribunal de apelación deberá pronunciarse sobre el pedido en un plazo máximo de un mes.
Mientras tanto, el exmandatario planea aprovechar su estancia en prisión para escribir sobre su experiencia y lo que considera “una injusticia judicial” que lo persigue desde hace más de una década.
La sentencia, dictada el 25 de septiembre, encontró a Sarkozy culpable de asociación ilícita y corrupción, al permitir que sus colaboradores negociaran con funcionarios del régimen de Gadafi para obtener financiación ilegal para su campaña electoral.
De confirmarse su condena en segunda instancia, Sarkozy podría pasar hasta cinco años tras las rejas, aunque sus abogados confían en que antes de fin de año obtenga la libertad condicional y afronte el juicio en apelación, previsto para marzo de 2026, en su domicilio.
El caso, que conmociona a la política francesa, marca un precedente histórico en un país donde nunca antes un expresidente había sido encarcelado.