Al mensaje de Javier Milei por la madrugada se sumaron otros mandatarios, como Gabriel Boric y Luis Lacalle Pou, y cancilleres del continente, como el de Perú y Colombia.
El triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela fue puesta en duda por mandatarios y cancilleres de la región, luego de que el presidente, reelecto por tercera vez, se adjudicara la victoria y la oposición, encabezada por Corina Machado y representada en la boleta por Edmundo González Urrutia, denunciara fraude.
Javier Milei fue uno de los primeros líderes en rechazar el resultado: tildó de «dictador» a Maduro y aseguró que «los datos anuncian una victoria aplastante de la oposición«. «El mundo aguarda que reconozca la derrota luego de años de socialismo, miseria, decadencia y muerte», escribió en la red social X.
En un tono más conciliador, Luis Lacalle Pou, de Uruguay, también manifestó su preocupación: «El proceso hasta el día de la elección y el del escrutinio claramente estuvo viciado. No se puede reconocer un triunfo si no se confía en la forma y los mecanismos utilizados para llegar a él«.
Por su parte, el chileno Gabriel Boric, por su parte, afirmó que los guarismos publicados «son difíciles de creer». «Exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados», sostuvo. Y agregó: «Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable».
Desde Centroamérica, el mandatario de Costa Rica, Rodrigo Chaves, repudió «categóricamente la proclamación» de Maduro y la calificó como «fraudulenta», mientras que Bernardo Arévalo, de Guatemala, haber recibido «con muchas dudas los resultados».
También el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, expresó su «seria preocupación» de que el resultado electoral anunciado en Venezuela no refleje la voluntad del pueblo, y pidió un recuento «justo y transparente» de los votos.