La caída en las ventas y el aumento de costos llevan a implementar estrategias para sostener el negocio.
Las panaderías de la provincia de Buenos Aires enfrentan una situación crítica debido al incremento constante de costos y la disminución en el consumo. Según la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (Fippba), esta presión se ha intensificado en los últimos meses, obligando a los comerciantes a adoptar medidas inusuales para mantenerse a flote.
Una de las estrategias implementadas es la venta de facturas del día anterior con descuentos que oscilan entre el 30% y el 40%. «La factura del día anterior, que antes nadie quería, hoy es una opción válida para muchas personas que buscan ahorrar sin dejar de llevar algo dulce a la mesa», señaló Raúl Santoandré, presidente de la Fippba.
La pérdida del poder adquisitivo ha cambiado los hábitos de consumo, reduciendo la compra de productos de confitería como tortas, masas finas y bombones, considerados ahora un lujo para muchos consumidores. Esta transformación ha llevado a las panaderías a diversificar su oferta, incorporando cafeterías, vendiendo tartas o empanadas los fines de semana, y ampliando su catálogo con productos salados y comidas listas.
A pesar de la estabilidad en los precios de sus productos desde noviembre, los costos continúan en aumento. «Los costos suben, pero los precios se mantienen para no perder a los pocos clientes que quedan», explicó Santoandré. Esta situación refleja la compleja realidad que atraviesan las panaderías bonaerenses en el actual contexto económico.