La reducción de fondos federales afecta la economía regional y genera tensiones entre el gobierno nacional y las administraciones provinciales.
Desde la asunción del presidente Javier Milei en diciembre de 2023, las provincias argentinas han experimentado una disminución significativa en los fondos recibidos por coparticipación federal, acumulando una pérdida total de $15,5 billones, equivalentes a aproximadamente 12.000 millones de dólares.
Cristian Girard, titular de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), señaló que esta reducción se traduce en una caída real del 12,3% en los ingresos provinciales, mientras que los fondos no coparticipables apenas disminuyeron un 1,2%. Girard enfatizó que «el ajuste no lo está haciendo el Estado nacional: lo están pagando las provincias».
Entre las medidas que contribuyeron a esta situación, se destacan la reintroducción del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, la eliminación de la devolución del IVA y la reducción de Bienes Personales en el marco de un blanqueo fiscal «a tasa cero». Estas decisiones han fortalecido impuestos no coparticipables, como el impuesto PAIS y los tributos a los combustibles, beneficiando al Tesoro nacional en detrimento de las arcas provinciales.
La recaudación tributaria nacional también refleja esta tendencia, con una caída del 8,3% en términos reales durante 2024. Sin embargo, el impacto ha sido más pronunciado en las provincias, que además han visto la eliminación de mecanismos de devolución de recursos.
Este escenario ha generado tensiones entre el gobierno nacional y las administraciones provinciales, que enfrentan desafíos para sostener programas esenciales en áreas como salud, educación e infraestructura. La concentración de recursos en el Ejecutivo nacional y la consecuente disminución de fondos para las provincias plantean interrogantes sobre el futuro del federalismo y la equidad en la distribución de recursos en Argentina.