Los errores defensivos del local pudieron más que su tremendo poderío ofensivo y la derrota lo alejó del puntero. De todos modos, hubo fiesta de campeones después del partido y grandes momentos con Costas de protagonista.
Un verdadero partido de locos jugaron en el Cilindro Estudiantes y Racing. Nueve goles y un 5-4 para el recuerdo, en el que equipo de Eduardo Domínguez logró imponerse y sumar de a tres luego de seis partidos sin lograrlo.
En el amanecer del partido, cuando aún no era posible hacer un análisis sobre los roles que iban a tomar cada uno de los equipos, Estudiantes se encontró rápidamente con el primer gol del partido, gracias a un gran cabezazo de Boselli que ganó en área rival. Lo igualó la Academia, a los 21 del PT, a través de un penal que cobró Maximiliano Salas, y Santiago Solari, a los 37, con un cabezazo inatajable, dejaron las cosas en favor del flamante campeón de la Copa Sudamericana al cabo de los 45 iniciales.
En el complemento Nazareno Colombo, en contra de su valla, el uruguayo Tiago Palacios y Guido Carrillo dieron vuelta la historia. Parecía cosa juzgada, pero un doblete de Luciano Vietto niveló las cosas cuando restaban siete minutos.
Tenía sabor a hazaña el empate parcial, pero Racing necesitaba la victoria. Se desconcentró un instante y Estudiantes no lo perdonó y se lo ganó un minuto más tarde con un gol de Edwin Cetré que definió un encuentro para disfrutar, al menos para los neutrales y los vencedores.
También hubo lugar para la fiesta post partido, con presencia de los campeones de la Supercopa 1988, como Rubén Paz, la Tota Fabbri o el Toti Iglesias, de cabellera impecable por cierto, para hacerles el pasillo de campeón a los nuevos ídolos, los de la Sudamericana 2024… Y los no tan nuevos, como Costas, quien ante los ojos del gran Juan Carlos Rulli -campeón intercontinental del ’67- recibió una réplica del saco de Juan José Pizzuti. Más que merecido lo tiene.