El purpurado italiano, condenado por fraude, reclamaba su derecho a votar en la elección del nuevo Papa, pero finalmente se bajó del proceso en medio de tensiones internas en la Iglesia.
El cardenal Angelo Becciu, suspendido por el Papa Francisco y condenado por malversación de fondos, renunció a participar del Cónclave 2025, donde se elegirá al nuevo Sumo Pontífice. La decisión fue confirmada por fuentes del Vaticano este martes y se da tras semanas de especulaciones sobre su eventual presencia en la votación.
Becciu, que fue apartado de sus funciones en 2020 por decisión del propio Francisco, había expresado públicamente su intención de participar en el cónclave, alegando su condición de cardenal elector. Sin embargo, la presión interna y su situación judicial finalmente lo llevaron a declinar su participación.
El caso había generado fuerte controversia dentro de la Iglesia, ya que se trataba de la primera vez en la historia reciente que un cardenal condenado insistía en su derecho a votar por el nuevo Papa. En declaraciones anteriores, Becciu había reclamado que la suspensión no lo inhabilitaba formalmente, pero su figura dividía opiniones entre los purpurados reunidos en Roma.
La salida de Becciu del proceso electoral despeja uno de los temas más tensos en la previa del cónclave, que ya ingresó en su fase decisiva. Según fuentes del Vaticano, se espera que la quinta ronda de votación sea clave para definir al sucesor de Francisco, con varios nombres en carrera y negociaciones discretas entre los cardenales electores.
El Vaticano mantiene en reserva el desarrollo del cónclave, como es tradición, pero el clima interno parece marcado por tensiones entre las líneas conservadoras y reformistas. Con la renuncia de Becciu, el proceso suma un nuevo capítulo a una elección que podría marcar el rumbo de la Iglesia Católica en los próximos años.