Los locales se pusieron en ventaja con un gol de Villa, y el plantel de Gallardo llegó a la igualdad por un penal de Colidio. En el descuento festejó Ham. La cargada del colombiano ex Boca provocó peleas y corridas en el final.
River perdió 2-1 con Independiente Rivadavia de Mendoza por la fecha 23 de la Liga Profesional en el estadio Malvinas Argentinas. El Millonario cayó en la última jugada del partido, cortó su racha de tres victorias al hilo y desaprovechó la chance de acercarse al líder, Vélez. De esta manera, se despidió de la lucha por el campeonato.
Los dirigidos por Marcelo Gallardo buscaban sumar de a tres y superar a Racing, segundo en la Tabla Anual del torneo local, y continuar con el objetivo de clasificar a la Copa Libertadores 2025. El conjunto de Núñez venía de golear a Barracas Central, como local, por 3-0 en la pasada jornada de Liga.
Por su parte, el equipo mendocino quería hacer lo propio para alejarse de los últimos puestos de la tabla, a pesar de que esta temporada no habrá descenso, y revertir el resultado adverso obtenido en la vigésimo segunda fecha ante Racing por 2-1.
El Millonario fue de menor a mayor en Mendoza. El equipo de Marcelo Gallardo comenzó mal pisado el partido, y encima, su verdugo fue un ex-Boca, Sebastián Villa. El colombiano aprovechó una distracción de la defensa visitante y a los 7′ del primer tiempo, enganchó en el área y la mandó a guardar.
Tras un penal que fue anulado a instancias del VAR, River fue a la carga y consiguió el empate. Sin embargo, en la última jugada, Independiente Rivadavia se llevó el premio mayor. En un contraataque comandado por Villa, la figura del partido, metió el centro atrás y Ezequiel Ham, ingresado en el segundo tiempo, clavó el gol agónico para el triunfo de La Lepra en el Malvinas Argentinas.
El cierre del juego fue escandaloso. Sebastián Villa provocó a los rivales en el gol agónico y los jugadores de River Plate fueron en busca del colombiano. González Pírez intentó agredir al ex delantero de Boca Juniors, quien apuró su salida a los camarines. Al mismo tiempo, hubo una trifulca entre ambos planteles en el campo de juego, pero los dos cuerpos técnicos intercedieron para calmar los ánimos. Esto pareció haberse logrado, pero las peleas y discusiones continuaron en la cancha de básquet que desemboca al sector de vestuarios. Tras unos minutos de tensión, cada equipo se fue a su zona y la situación no pasó a mayores.