La cadena catarí denunció que cuatro miembros de su equipo murieron mientras cubrían el conflicto, en medio de acusaciones cruzadas entre Israel y el medio.
El ataque alcanzó la cárcel de Evin, donde estaban detenidos opositores y presos políticos. El gobierno iraní calificó el hecho como un “crimen de guerra”.
El expresidente estadounidense afirmó que los bombardeos causaron "daños monumentales" y presionó al régimen iraní a elegir entre "la paz o la tragedia".