El fenómeno arrasó comunidades enteras y provocó una intensa búsqueda de personas que siguen sin aparecer.
Las inundaciones repentinas que azotan el estado de Texas, en Estados Unidos, ya dejaron al menos 24 muertos y decenas de desaparecidos, según informaron autoridades locales. La magnitud del desastre obligó a desplegar operativos de rescate a contrarreloj para intentar localizar a personas arrastradas por la fuerza del agua.
Las lluvias torrenciales que se concentraron en pocas horas provocaron el desborde de ríos y anegaron comunidades enteras, especialmente en zonas rurales. Muchas familias debieron abandonar sus hogares con lo puesto, mientras el agua ingresaba a viviendas y comercios destruyendo todo a su paso.
Equipos de emergencia, voluntarios y hasta helicópteros trabajan sin descanso para hallar a los desaparecidos, entre los que se reportan varios menores. “Estamos ante un evento extremo, con daños que tardaremos mucho en dimensionar y reparar”, reconoció el gobernador texano en una conferencia de prensa.
Testimonios de vecinos afectados describen escenas dramáticas: casas que colapsaron, autos flotando y calles convertidas en ríos caudalosos. Algunos señalaron que la crecida los tomó por sorpresa, sin tiempo suficiente para evacuar, pese a los avisos meteorológicos que alertaban sobre tormentas severas.
Además del impacto humano, las autoridades advirtieron que el sistema eléctrico y las redes de agua potable quedaron seriamente comprometidas en varias localidades. Mientras tanto, centros comunitarios funcionan como refugios provisorios para quienes perdieron todo.
El fenómeno puso nuevamente en agenda el debate sobre el cambio climático y la falta de infraestructura adecuada para mitigar catástrofes naturales de esta magnitud. Se espera que en los próximos días continúen las lluvias, lo que podría agravar aún más la situación en el estado sureño.