Fue una derrota política para el oficialismo y marcó un hecho inédito desde el regreso de la democracia: nunca antes se habían rechazado pliegos para el máximo tribunal.
El gobernador advirtió que sin cohesión interna el peronismo no tendrá una nueva oportunidad de gobernar. Propuso abrir el debate, pero sin recurrir a la lógica de traidores y leales.