La UBA se mantiene como la mejor posicionada del país, aunque perdió lugares frente a instituciones extranjeras. Preocupa la caída en inversión en ciencia y tecnología.
Las universidades argentinas registraron un retroceso en la última edición de un reconocido ranking internacional que evalúa la calidad académica a nivel global. Aunque la Universidad de Buenos Aires (UBA) continúa como la institución mejor ubicada del país, descendió varios puestos en comparación con años anteriores, una tendencia que se repite en otras casas de estudio nacionales.
Entre los factores señalados por especialistas figura la disminución del financiamiento para programas de investigación, desarrollo tecnológico y vinculación internacional. La merma en los recursos destinados a ciencia y educación superior impacta directamente en la capacidad de las universidades para atraer talento, publicar trabajos relevantes y mantener laboratorios actualizados.
En el caso de la UBA, si bien logró mantenerse dentro del grupo de las 300 mejores universidades del mundo, perdió posiciones frente a instituciones de América Latina y Asia. Otras universidades públicas como la de La Plata, Córdoba y Rosario también vieron desmejorar sus ubicaciones en el ranking, aunque siguen siendo referentes a nivel regional.
Desde el ámbito universitario advirtieron que este deterioro no responde a un descenso en la calidad académica, sino a las condiciones estructurales que dificultan la proyección internacional. La baja inversión en infraestructura, salarios docentes y becas de investigación limita el desarrollo sostenido de las instituciones.
El informe global que dio origen a este análisis considera variables como reputación académica, cantidad de investigaciones publicadas, inserción laboral de los egresados y grado de internacionalización. La situación actual reaviva el debate sobre la necesidad de políticas públicas sostenidas que fortalezcan el sistema universitario argentino, históricamente valorado por su gratuidad y excelencia.