La protesta pacífica de los «Jubilados de los Miércoles» terminó con incidentes, heridos y más de un centenar de detenidos.
Una nueva jornada de protesta frente al Congreso Nacional terminó en una violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad. La manifestación, encabezada por el grupo autodenominado «Jubilados de los Miércoles», derivó en un operativo policial con gases lacrimógenos, balas de goma y un saldo preocupante: al menos 129 detenidos y más de 400 personas con heridas de diversa consideración.
La movilización, que se venía realizando de forma periódica y pacífica, buscaba visibilizar la crítica situación que atraviesan muchos jubilados ante el ajuste y la pérdida del poder adquisitivo. Sin embargo, esta vez el clima cambió abruptamente cuando los manifestantes fueron rodeados por efectivos policiales que actuaron con inusual dureza.
Entre los heridos se encuentra un fotógrafo que registraba la presencia de funcionarios en el lugar, incluido Santiago Caputo, quien fue identificado por algunos presentes en medio del operativo. La agresión al reportero generó fuerte repudio en el ámbito periodístico y sumó tensión a una escena ya cargada de indignación.
Organismos de derechos humanos y referentes políticos de la oposición condenaron la represión y exigieron la inmediata liberación de los detenidos. Desde el Gobierno, hasta el momento, no se emitió un comunicado oficial, mientras crece la presión para que se investigue el accionar de las fuerzas.
La marcha de los jubilados, que simboliza el reclamo de miles de personas mayores por condiciones dignas, terminó esta vez con una postal que revive los peores momentos de criminalización de la protesta social. Las imágenes del operativo recorrieron las redes sociales y volvieron a encender el debate sobre los límites del uso de la fuerza en democracia.