Impulsada por el alza en productos importados y bienes manufacturados, la suba mayorista vuelve a encender alertas sobre el traslado a los precios al consumidor.
El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró en abril una suba del 2,8%, lo que marca una aceleración respecto al mes anterior. Según informó el INDEC, el mayor impulso provino de los productos importados, que aumentaron un 6%, y de los bienes manufacturados, como vehículos y maquinaria.
Este incremento en los precios mayoristas podría anticipar presiones sobre la inflación minorista en los próximos meses, ya que muchas de estas variaciones suelen trasladarse a los precios que paga el consumidor final. En este sentido, algunos analistas advierten que si bien el ritmo inflacionario general muestra signos de desaceleración, los costos de producción y comercialización siguen en alza.
Entre los rubros que más subieron también se destacan productos derivados del petróleo, insumos industriales y alimentos procesados. La combinación entre la suba del dólar oficial y la dependencia de insumos del exterior sigue impactando sobre la estructura de costos de varias cadenas productivas.
Desde el Gobierno relativizaron el dato, señalando que “la inflación mayorista continúa contenida en comparación con los picos del año pasado”, aunque reconocieron que es un tema a monitorear de cerca, sobre todo en un contexto de recuperación parcial del consumo.
De esta manera, abril cerró con una nueva señal de que, pese a la moderación en algunas variables, la economía argentina todavía enfrenta tensiones inflacionarias estructurales que complican el sendero de estabilización que se busca consolidar en 2025.