En el primer semestre, los precios en CABA acumularon un incremento del 153%, con alimentos y salud entre los rubros que más subieron.
El índice de precios al consumidor en la Ciudad de Buenos Aires registró un aumento del 2,1% en junio, mostrando una leve aceleración respecto a los meses anteriores y encendiendo las alarmas sobre la persistencia de la inflación. Con este resultado, el acumulado del primer semestre del año trepó al 153%, reflejando el impacto sostenido de la suba de costos en el bolsillo de los porteños.
Según el relevamiento oficial, los principales incrementos se observaron en el rubro alimentos y bebidas, que volvió a encabezar las alzas, seguido por gastos vinculados a salud, equipamiento y mantenimiento del hogar. También hubo subas en transporte, impulsadas por actualizaciones en tarifas y combustibles.
Analistas económicos advirtieron que, si bien la inflación mensual se mantiene por debajo de los picos registrados a principios de año, el nivel sigue siendo elevado y compromete la recuperación del poder adquisitivo. “La variación interanual continúa en valores altos, y el efecto acumulado golpea fuerte sobre los sectores medios y bajos”, señalaron.
Por su parte, comerciantes y consumidores expresaron su preocupación por la falta de estabilidad de precios, que dificulta tanto la planificación familiar como el sostenimiento de pequeños negocios. En algunos barrios, se multiplican las estrategias de compras comunitarias o de stockeo ante la incertidumbre.
De esta forma, la Ciudad de Buenos Aires cerró el primer semestre del año con un ritmo inflacionario que, pese a mostrar cierta moderación respecto a meses críticos, sigue muy por encima de lo deseable. El desafío para el segundo semestre será consolidar una desaceleración que permita aliviar el costo de vida de los hogares porteños.