El oficialismo sufrió una nueva derrota legislativa y busca tender puentes con gobernadores para sostener su agenda.
El Gobierno de Javier Milei atravesó otra semana difícil en el Congreso, luego de que el Senado le pusiera un freno a varias iniciativas centrales de su programa. La oposición, con apoyo de sectores federales, avanzó en proyectos que limitan las herramientas de ajuste fiscal impulsadas por la Casa Rosada, generando un duro golpe político para el oficialismo.
Entre los puntos más sensibles estuvo el rechazo a facultades que el Ejecutivo considera clave para continuar con su plan de recorte del gasto público, lo que encendió alarmas en el equipo económico. Desde el oficialismo intentaron relativizar el traspié, aunque reconocieron que será necesario abrir una etapa de negociaciones para no paralizar la gestión.
En ese sentido, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se mostró dispuesto a tender puentes con los gobernadores y dirigentes provinciales para intentar destrabar futuros proyectos. “Necesitamos diálogo para seguir avanzando en las reformas que el país requiere”, expresó, tras admitir que el Congreso se convirtió en un espacio mucho más adverso de lo previsto.
Para algunos analistas, la seguidilla de reveses legislativos refleja no solo la falta de mayorías propias del Gobierno, sino también el desgaste que empieza a mostrar el respaldo político con el que Milei había iniciado su mandato. El avance de la oposición en temas sensibles podría complicar la estabilidad de su programa económico.
Con este panorama, el Gobierno buscará reordenar su estrategia parlamentaria y reforzar los canales con las provincias, conscientes de que cualquier nuevo traspié podría tener costos tanto políticos como en los