El índice mayorista avanzó por encima de la inflación minorista, reflejando una presión creciente en la cadena de costos.
En julio, los precios mayoristas registraron un aumento del 2,8 %, cifra que supera el rendimiento del índice de precios al consumidor (IPC) general. Este crecimiento refuerza la tensión en la cadena de costos, lo que anticipa nuevas alzas para los consumidores finales en los próximos meses.
El incremento se explica principalmente por el aumento en los insumos ligados al comercio exterior, con productos importados que registraron ajustes significativos en sus costos logísticos y aduaneros. También impactaron los aumentos en materia prima y alimentos, que encabezan la estructura de precios mayoristas.
Los analistas advierten que este nivel representa un factor crítico para la formación de precios en supermercados y comercios, ya que los mayoristas suelen trasladar sus costos hacia los productores y distribuidores. De cara a agosto, estiman que la inflación minorista podría acelerar sin medidas restrictivas o subsidios compensatorios.
Este escenario pone presión sobre el bolsillo del consumidor y reaviva el debate sobre la necesidad de acuerdos de precios y la intervención en costos logísticos. Además, plantea un desafío adicional para las políticas económicas destinadas a moderar el traspaso inflacionario en el corto plazo.
En paralelo, comerciantes y asociaciones pyme advierten que muchos establecimientos ya enfrentan márgenes de ganancia muy reducidos, dificultando sostener precios bajos. El dato mayorista de julio anticipa una nueva etapa de negociación entre productores, intermediarios y Gobierno.