Las acciones del gigante tecnológico cayeron más del 40% en una sola jornada tras recortar sus proyecciones de crecimiento. La compañía reconoció que su negocio en Argentina había impulsado sus resultados previos gracias a la inflación y las altas tasas, pero que ese efecto se desvaneció con la estabilización económica.
El gigante tecnológico estadounidense Fiserv, uno de los mayores proveedores mundiales de servicios de pago y procesamiento financiero, sufrió esta semana un derrumbe histórico en Wall Street. En apenas una jornada, sus acciones se desplomaron casi un 50% tras la publicación de los resultados trimestrales y la revisión a la baja de sus proyecciones de crecimiento. Entre los factores que explican la caída, la compañía mencionó el impacto de la Argentina, que había sido uno de los principales motores de su desempeño en los últimos años.
Según informó el Financial Times, Fiserv redujo su estimación de crecimiento de ingresos para 2025 a un rango de entre 3,5% y 4%, muy por debajo del 10% proyectado tres meses atrás. Esto representa, en la práctica, un estancamiento de la actividad para el cuarto trimestre. Aunque los negocios fuera de Estados Unidos y Canadá representan apenas el 15% de sus ingresos totales, la Argentina había contribuido con 10 puntos porcentuales al crecimiento orgánico del 16% que registró el año pasado.
“El grupo se benefició considerablemente de los altos tipos de interés y la inflación de Argentina, que, bajo el mandato del presidente Javier Milei, han sido controlados”, señaló el medio británico, destacando cómo la desaceleración inflacionaria afectó los márgenes de ganancia que Fiserv había alcanzado en el país.
Tras la publicación del reporte, las acciones de la compañía se hundieron 43% en una sola jornada: pasaron de cotizar a US$110,52 el martes a US$61,21 el miércoles, con una pérdida de más de US$29.000 millones en capitalización de mercado. La caída continuó al día siguiente, con otro retroceso del 8,9%, ubicándose en torno a los US$56 por acción.
Mike Lyons, CEO global de Fiserv, explicó durante una conferencia con accionistas que “en la Argentina hemos consolidado un negocio de pagos de gran éxito”. Sin embargo, reconoció que el contexto macroeconómico cambió: “El objetivo de crecimiento orgánico de los ingresos a mediano plazo, del 9% al 12%, se fijó originalmente en 2023, cuando las altas tasas de interés y la inflación en la Argentina beneficiaron enormemente nuestro negocio en ese país”.
En ese entonces, el crecimiento orgánico de Fiserv en Argentina fue del 257% en 2023 y del 329% en 2024. Pero si se excluye al país sudamericano de los cálculos globales, el crecimiento total de la compañía se redujo al 5% tanto en 2023 como en 2024. Actualmente, el negocio local crece un 56% anual, aportando apenas dos puntos al crecimiento global.
“Además del sólido crecimiento orgánico de los ingresos, nuestro negocio en la Argentina presenta márgenes de ingresos operativos ajustados que duplican aproximadamente los niveles generales de Fiserv”, agregó Lyons, intentando transmitir optimismo ante los inversores. Sin embargo, el mercado no lo interpretó igual, y la firma enfrenta ahora el desafío de reequilibrar sus expectativas sin el impulso extraordinario que le brindaba la economía argentina.






