El diputado radical, a cargo de la sesión preparatoria por ser el de mayor edad, fue señalado por comentarios sexistas captados por micrófono. Negó haberlos dicho y afirmó que se trató de una manipulación digital.
Un episodio insólito y ampliamente repudiado marcó la sesión preparatoria de la Cámara de Diputados, donde los 127 legisladores electos juraron sus bancas. Gerardo Cipolini, diputado de la UCR y presidente provisional del encuentro por ser el miembro de mayor edad, quedó en el centro de la polémica tras la viralización de comentarios sexistas que se escucharon durante la transmisión oficial.
Mientras distintas diputadas realizaban su jura, los micrófonos captaron frases como: “¿Quién es Rosario Goitia? ¡Qué buena que está!”, “¡Che, pero qué buena que está la peruca!” y “¡Che, qué linda!”. Los audios circularon rápidamente por redes sociales y generaron indignación tanto dentro como fuera del recinto.
Cipolini, chaqueño de 82 años, milita en la Unión Cívica Radical desde 1962 y cuenta con una extensa trayectoria: fue presidente del Concejo Deliberante de Sáenz Peña, intendente por tres mandatos y diputado desde 2019, con mandato vigente hasta 2027. Su rol en la sesión preparatoria incluyó tomar juramento a los nuevos legisladores antes de ceder la presidencia a Martín Menem, reelecto al frente de la Cámara.
Una vez elegidas las nuevas autoridades, la diputada Cecilia Moreau —designada primera vicepresidenta por el bloque de Fuerza Patria— aprovechó su discurso para repudiar públicamente los dichos viralizados. “Las mujeres somos mucho más que un cuerpo. Somos cabeza, corazón, ideas y coraje. Le pido con humildad que pida disculpas”, expresó ante el recinto.
La respuesta de Cipolini dejó más interrogantes que certezas. Negó de manera enfática haber pronunciado esos comentarios y sostuvo que todo se trató de una manipulación mediante inteligencia artificial: “La tecnología ha avanzado a límites irreconocibles. Tal vez uno aparece diciendo cosas que no ha dicho. No voy a pedir perdón por algo que no dije”, afirmó, al tiempo que remarcó su rol como padre y abuelo para sostener su descargo.
La controversia ahora abre un debate más amplio: ¿se trató de un exabrupto captado en vivo o de una alteración digital? Mientras tanto, el repudio generalizado marcó una de las sesiones más tensas de los últimos años.






