En una jornada marcada por la baja participación, los candidatos oficialistas se impusieron en gran parte de la provincia mientras el peronismo logró retener la ciudad más populosa.
Las elecciones locales en Santa Fe dejaron un claro panorama político: el frente oficialista liderado por Maximiliano Pullaro se quedó con el control en el 80% del territorio provincial, consolidando su poder tras el triunfo en las últimas elecciones a gobernador. Sin embargo, el dato destacado se dio en Rosario, donde el candidato peronista Juan Monteverde superó por un estrecho margen a la Libertad Avanza y se alzó con la intendencia.
Los resultados confirmaron la fortaleza del armado político que sostiene a Pullaro, que logró instalar a sus candidatos en la mayoría de las localidades santafesinas. Según el recuento provisorio, el oficialismo retuvo o conquistó municipios clave del centro y norte de la provincia, donde el apoyo al gobernador sigue siendo alto.
Por su parte, Rosario fue escenario de una disputa voto a voto entre el peronismo, los libertarios y el oficialismo provincial. Finalmente, Monteverde se impuso y logró un triunfo que representa un alivio para el PJ santafesino, que venía de una serie de derrotas en la provincia. El flamante intendente destacó que su gestión buscará “recuperar el tejido social y garantizar la seguridad”, uno de los temas más sensibles en la ciudad.
Otro dato saliente de la jornada electoral fue la baja participación, que rondó el 65%, un número inferior al de elecciones anteriores. Analistas locales lo atribuyen a la desafección política y al desencanto de parte del electorado, que se manifestó con altos niveles de voto en blanco y ausentismo.
Con este escenario, Santa Fe vuelve a mostrar su diversidad política: mientras el pullarismo consolida su predominio en el interior, el peronismo logra mantenerse competitivo en Rosario, preparando el terreno para futuras disputas de peso a nivel provincial y nacional.