El ministro de Justicia quedó en el centro de la polémica tras la difusión de una cámara oculta que lo muestra reunido con el activista estadounidense. La oposición exige su renuncia o un juicio político.
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, enfrenta una creciente presión política luego de que se difundiera una cámara oculta en la que aparece manteniendo una reunión privada con Tim Ballard, exagente de Seguridad Nacional de Estados Unidos y fundador de una organización cuestionada por su accionar en el combate contra la trata.
La grabación generó un fuerte revuelo en el ámbito político y social. En las imágenes, se observa al funcionario dialogando con Ballard sobre posibles estrategias de cooperación, sin la presencia de otros representantes del Gobierno ni del Congreso. El encuentro fue calificado como “imprudente” y “poco transparente” por dirigentes de distintos espacios.
Diversos sectores de la oposición salieron rápidamente a exigir la renuncia del ministro. Argumentan que la reunión compromete la institucionalidad y viola principios básicos de la diplomacia y la administración pública. Algunos legisladores, incluso, comenzaron a analizar la posibilidad de impulsar un juicio político en su contra.
Desde el oficialismo, por ahora, se mantiene el silencio. Cúneo Libarona no brindó declaraciones públicas tras la difusión del video, lo que aumenta el malestar dentro del propio Gobierno. En privado, algunos funcionarios reconocen que el episodio generó “incomodidad” y que se está evaluando cómo responder.
El escándalo también provocó repercusiones internacionales, ya que Ballard ha sido una figura controvertida en Estados Unidos por sus métodos y denuncias en su contra. La participación del ministro argentino en un encuentro con este personaje sin aval institucional plantea interrogantes sobre los límites de la representación estatal y el rol de la justicia en políticas sensibles como la lucha contra la trata.